Fundador de la economía clásica y autor de "La riqueza de las naciones", Adam Smith (1723-1790) suele ser tenido sólo como economista, pero el campo de sus intereses intelectuales fue mucho más amplio. Miembro destacado de la Escuela Escocesa de Filosofía Moral y amigo de David Hume, Smith fue un notable moralista, admirador de la severidad estoica y una persona preocupada por las reglas que gobiernan la conducta humana. De hecho, la obra que en su día le deparó más fama fue "La teoría de los sentimientos morales", publicada en 1759 y traducida íntegramente por primera vez en lengua española en esta edición. Según Adam Smith, de la mezcla ponderada de simpatía hacia los sentimientos ajenos y de amor propio, que no egoísmo, surgen valores morales que en última instancia hacen posible que individuos interesados en sí mismos puedan convivir en una sociedad justa, pacífica, próspera y libre.
•Traducción de José Luis López Muñoz. Estudio preliminar y traducción de Carlos Rodríguez Braun.

Considerado fundador de la ciencia económica por "La riqueza de las naciones", el escocés Adam Smith (1723-1790) no sólo puso con esta obra los cimientos de una ciencia, sino también de una doctrina: el liberalismo económico.

Una investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, o sencillamente La riqueza de las naciones, es la obra más célebre de Adam Smith. Publicado en 1776, es considerado el primer libro moderno de economía. Examina diferentes sistemas de economía política, en particular, el mercantilismo y la fisiocracia; asimismo, desarrolla la idea de un orden natural. La riqueza de las naciones es hoy una de las obras más importantes de la disciplina económica. Se trata del documento fundador de la economía clásica y, sin duda, del liberalismo económico.

In addressing the nature and causes of the wealth of nations, Adam Smith made one of the most potent contributions to subsequent ideological history. In the west since the early nineteenth century he has been the patron saint of homo economicus. More recently, successive British governments have invoked his policy recommendations of free trade and laissez-faire to aid their extension of privatization and market effectiveness into areas such as health and education. Smith, however, not only viewed merchants and manufacturers with deep suspicion, but also tempered his celebration of a self-regulating market with a darker vision of the dehumanizing potential of a profit-oriented society. He did not write an economics textbook, but rather a panoramic narrative about the struggle for individual liberty and general prosperity in history, a subject he shared with other writers of the Enlightenment.